VASO DE ELECCION

" El desarrollo de las nuevas tecnologías, y en su dimension más amplia, el mundo digital, representan un gran recurso para la humanidad en su conjunto y para cada persona en su singularidad de su ser y un estímulo para el debate y el diálogo.Pero constituyen también una gran oportunidad para el creyente.Ningun camino, puede ni debe estara cerrado a quien a nombre de Cristo resucitado se compromete a hacerse cada vez más cerca del ser humano. Queridos sacerdotes os renuevo la invitación para asumir con sabiduria las oportunidad específica que ofrecen los nuevos medios de comunicación. Que el Señor os convierta en apasionados comunicadores de la Buena Noticia en la nueva "agora" que han dado a luz los nuevos medios de comunicación" (Mensaje Papa Benedicto XVI para la 44a Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.24 de enero 2010)

Asumimos como nuestro la invitación de su santidad. Este blog es una contribución de mi papel como laico en este AÑO SACERDOTAL. "Vaso de elección" : así el Señor señaló a Pablo, antes del inicio de su vida apostólica.Los sacerdotes son, en gran medida, vasos de elección. Quisiera en este blog dar testimonio de sacerdotes que en la Diocesis de Valparaíso han sido "vasos de elección" .Hombres que Dios a elegido para ser ministros de su Palabra. Como se dijo de san Alberto Hurtado "un fuego que encendía otros fuegos"
Publicado por Raul Providel Sanhueza en 19:57

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martes, 21 de mayo de 2013

                                 PRESBITERO PEDRO RUBIO NAVIA


 
Nació el 28 de octubre de 1920 y fue ordenado el 22 de mayo de 1948

El padre Rubio fue un sacerdote muy conocido en nuestra diócesis. Fue profesor de la Universidad Católica, del Colegio Seminario, de varios colegios, entre ellos el MacKay.

OBISPO DUARTE

"Fue un hombre que se destacó por su preparación, por su inteligencia. Por su agudeza intelectual, por el apasionamiento con que él defendió siempre sus puntos de vista. Fue un hombre interesante el Padre Rubio", comenta el obispo de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte García de Cortázar.

Recordó que el padre Rubio fue también polémico.

Según comentó, hasta el final el sacerdote mantuvo su lucidez intelectual. "Estando muy enfermo en el hospital, seguía dictando artículos para La Estrella, porque a pensar de estar físicamente mal, nunca perdió la agudeza y lucidez intelectual. Estaba muy inteligente", comenta el pastor.

SACERDOTE AMIGO

Por su parte, monseñor Jaime Da Fonseca párroco de Quilpué,
recordó que el padre Pedro Rubio,  que en su vida el Padre Pedro Rubio fue profesor de la UCV, del Seminario San Rafael, del colegio MacKay, y tuvo una posición anticipada a los tiempos con relación a las comunicaciones sociales.    
El sacerdote instaló un estudio de grabación en calle Juana Ross, al lado de la Parroquia Los Doce Apóstoles, que se llamaba "Salterre".

"Allí -recuerda el padre Da Fonseca- con escasos medios, pero con mucho entusiasmo comenzó a grabar radioteatros que tuvieron un gran éxito. Siempre en esas producciones, estaba presente el elemento de educación, la moral, fue en ese sentido fue muy celoso de llegar donde los demás sacerdotes no llegaban".

"En ese sentido, curiosamente, él nunca fue párroco", recuerda el religioso.

Efectivamente, en sus 53 años de sacerdote, el padre Rubio estuvo siempre en otros lugares, en la educación, la radio. "No fue periodista en el sentido de los periodistas titulados de hoy día, pero fue periodista en el sentido que siempre estuvo presente en los medios de comunicación", acota.

El padre Rubio nunca rehuyó la polémica. En una columna "Buenas Tardes", del diario La Estrella, él estuvo permanentemente planteando su posición en tema de actualidad.

CONSEJERO ESPIRITUAL

Según recuerda el párroco, el padre Rubio sintió en los últimos 20 años el llamado profundo de sentarse al confesionario y se dedicó sábados y domingos a confesar. Mucha gente encontró en él a un consejero espiritual.

Escogió la parroquia de Quilpué, Nuestra Señora del Rosario y también en la Parroquia Santa María, Madre  de  la Iglesia de El Sol ejerció esa labor.

"El dedicó mucho tiempo a la dirección espiritual. El domingo en la tarde, él atendía a muchas parejas y jóvenes que tenían problemas, ya sea de pareja. Es difícil hablar de una labor tan silenciosa y tan oculta a los ojos humanos, pero yo veía como él ayudaba a muchas personas en sus crisis familiares, crisis de fe", precisó el sacerdote.

LAGUNILLAS

El día lunes, el padre Rubio subía a un taxi colectivo con quien tenía un trato que lo devolvía a su casa paterna, en La Palmilla, en Lagunillas.

Esa es una propiedad de secano que le dejaron sus padres y donde él tenía su capilla, su oratorio. Ahí mantuvo su casa hasta siempre.

Desde allí, enviaba cada semana sus artículos a La Estrella.

Entre los aspectos más destacados de su paso por La Estrella, el padre Rubio escribió la Vida de María, que el diario publicó en separatas hace unos 20 años. La terminó el 8 de diciembre, en homenaje a la Virgen de Lo Vásquez.
El padre Pedro Rubio   el día martes   28   de noviembre del  2001,a las 15.00    hrs. a los 81 años de edad, en el Pensionado del Hospital Van Buren de Valparaíso.

 
FUNERALES

 

Se le revistió con sus ornamentos sacerdotales, ya que a los sacerdotes se les sepulta revestidos como para la misa

En ese momento también estaban su sobrina Diana Rubio, una ahijada que él quiso mucho y el profesor Víctor Rojas y su esposa, y las monjitas del Hospital Van Burén.

A sus exequias concurrirán tres obispos, monseñor Gonzalo Duarte García de Cortázar, monseñor José Manuel Santos, y el ex obispo de Temuco, monseñor Sergio Contreras.
 
AMIGO   PERSONAL.
Tuve la oportunidad  de conocer muy de cerca al padre Pedro Rubio y  visitarlo frecuentemente en su parcelita  de lagunillas. En sus viajes a Quilpué   pasaba a mi casa y solía regalar a mis  hijos harina  tostada  del campo  fresquita que traía de Lagunillas. Solía tener largas conversaciones  con él de  diversos temas relativos no solo a la Iglesia. Ningún  tema le era  ajeno.  Gran conocedor de la literatura, la filosofía, la psicología,  historia universal.  Conocía   "al dedillo" la historia  de la iglesia.. Nos trataba con cariño a quienes  estábamos cerca de él. Nos decía "patroncitos"   y  nos invitaba a compartir  siempre una buena cazuela de campo. Inolvidable las meditaciones de Viernes  Santo  a  que siempre era invitado a la  querida Parroquia de  El Sol.  UN SACERDOTE EXTRAORDINARIO.  (Autor: Raúl  Próvidel  Sanhueza)

UN SACERDOTE “SEGÚN EL CORAZON DE DIOS”



               PADRE JAIME FERNANDEZ  SANFUENTES





Quillotano de nacimiento (1923); fue alumno de los Hermanos Maristas desde el Kinder hasta el sexto año de Humanidades, como se llamaba entonces el “Cuarto de Enseñanza Media”.
Desde muy joven fue buscando su rumbo a futuro: de niño le gustó ser
como sus maestros: Hermano Marista; como adolescente pensó ser médico neurólogo; pero el contacto espiritual con San Alberto Hurtado, el conocer y participar en la Acción Católica y el trabajo de profesor voluntario en una escuela nocturna para obreros, como la que nuestro colegio tuvo en la Calle victoria, lo llevaron a incorporarse al clero secular. Ingresó al Seminario de los Ángeles Custodios, el Pontificio de Santiago en 1942.
El 23 de Septiembre de 1950 fue ordenado sacerdote por el obispo de Valparaíso, don Rafael Lira Infante. Se inició en labores sacerdotales como inspector y profesor del Seminario Menor diocesano San Rafael.
En 1957 fue nombrado Párroco de Algarrobo, lugar donde conquistó el aprecio de sus habitantes, ricos y pobres.
En 1960 fue trasladado a Valparaíso. Los algarrobinos llegaron en caravana a solicitar la anulación del traslado.
El Obispo, más tarde cardenal de la Iglesia, don Raúl Silva Henríquez, solucionó el problema nombrándolo Rector del Seminario Menor diocesano y en el mes de Julio de 1960 Rector del Colegio Episcopal San Rafael, “sin perjuicio de sus tareas de párroco de Algarrobo”
Así, don Jaime, tenía laboriosos fines de semana y los otros días: Colegio Episcopal, Seminario Menor y más adelante Vicario Episcopal para la Educación.
Tareas pesadas, no sólo por las obligaciones económicas, sino, además porque apareció en la Iglesia Católica la tendencia a “deshacerse de los colegios y escuelas” para privilegiar otras necesidades pastorales.


Para don Jaime la escuela era “el” campo por evangelizar que acunaba niños, jóvenes, familias, profesores, auxiliares: “campo grande con mucha mies y pocos trabajadores” (Lc. 10,2)
Como consecuencia de ello, fue gran propagador de que “el profesor católico es un evangelizador”, verdad que el concilio Vaticano II ratificó.
Como Rector de este colegio nuestro, entregó responsabilidades concretas a los profesores civiles haciéndolos participar en la tarea educacional de la Iglesia.
Un ámbito escolar del Colegio Episcopal muy querido y cuidado por el Rector don Jaime, fue el internado en el cual acogía a muchos alumnos que, por esos años vivían “muy lejos” por difícil locomoción. Eran familias de escasos recursos. Los ayudaba trayendo no sólo escolares “básicos” y “medios”, sino también auxiliares para el servicio del colegio desde Algarrobo, Casablanca, Lagunillas a los que los motivó al estudio nocturno y así los capacitó para un mejor bienestar para sus futuros hogares.
Hacia 1970 Chile era un país inquieto en todo campo: político, laboral y también educacional
Un proyecto del gobierno de entonces llamado “ENU” (Escuela Nacional Unificada) puso en serio peligro las bases y raíces de la educación particular, incluidos los colegios católicos, y, en Valparaíso, contaba con el apoyo de un “Sindicato de Colegios Particulares”
El Rector Fernández como Vicario para la Educación y activo miembro de la Fide, se lanzó a la palestra en defensa de las escuelas y colegios católicos dando a conocer el pensamiento de la Iglesia; visitando, conversando y hasta publicando el impreso de un folleto al respecto.
Esa sobrecarga de trabajo lo superó y de acuerdo con el Obispo don Emilio Tagle, fue entregando la tarea académica, económica y disciplinaria en manos del Profesor Hernán Johnson Hoses, con el titulo de Director.
Con pesar, tuvo que prescindir de su obra social y pedagógica predilecta: el internado.
Hubo también alegrías y satisfacciones, como haber sido el “Rector de los Cien Años de Juventud” como se le llamó al centenario de la casona de Santa Elena 74.
La otra que lo hace aun más benemérito fue fundar el Seminario Mayor que inició su andar en habitaciones del Colegio Episcopal y poco a poco a independizarse de tal forma, como hoy se ve junto al Santuario de la Purísima de los Vásquez. Por años ha sido su rector y ha coronado su obra sacerdotal, formando muchos sacerdotes.
Los últimos años fueron de Algarrobo y para Algarrobo.


El jueves 19 de Abril DE 2012 , a las 17 horas falleció en la clínica de la Universidad Católica , víctima de una larga enfermedad cristianamente soportada por su inquebrantable fe y la compañía de su obispo don Gonzalo Duarte y de numerosos amigos y ex alumnos.

 
 

sábado, 13 de febrero de 2010

EL PADRE HUGO CORNELISSEN DOCK,APOSTOL DE LAS PEQUEÑAS ALMAS.

El Padre Hugo Cornelissen Dock, de nacionalidad Belga, llegó a Chile hace cuarenta y un años, veinticuatro de los cuales ha servido en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Rinconada de Silva.
En la Diócesis de Valparaíso se le recuerdo su gran obra en la Parroquia san Pio X d El Belloto en Quilpué donde fundaron varias capillas para el sector más densamente poblado de esta ciudad.
Después fue traslado con la Obra de la Transfiguración al sector de Peironet en Quilpué haciéndose cargo de la Ex capilla de san José Obrero. Su obra de sembradores de semillas de vocación dio grandes frutos y su trabajo apostólico en las poblaciones el sector sur de Quilpué ( Marga - Marga, los Perales) crearon las condiciones para transformar la ex Capilla en la actual Parroquia de los sagrados Corazones de Jesús y María que hoy incluye el sector campesino de Coliguay.
Valoramos su gran celo apostólico, tanto en Quilpué como en Rinconada de Silva (San Felipe) que lo llevó a emprender grandes obras como son:


1.- La Legión de las Pequeñas Almas en todo el Continente, recordamos sus grandes viajes pastorales de animación desde Canadá hasta Punta arenas con esos programas apretados y muy exigentes, muchas veces durmiendo mal, pasando frío y hambre, evangelizando hasta altas horas.
2.- Los CEVAS (Centros de Vacaciones Solidarios) Nuestro querido Padre trajo esta experiencia pastoral a Chile, más concretamente a Punta Arenas y desde ahí ha ido creciendo hasta estar presente en nueve diócesis del país, y existen 56 centros Cevasdetectados en el país y hemos realizado ya 3 encuentros nacionales.
3.- Un Sacerdote que realizaba seis a siete misas cada fin de semana, para poder llegar con el mensaje de Jesús, a las comunidades más lejanas.
4.- En Rinconada de Silva los feligreses podran dar testimonio de las grandes obras titanicas que inicio y termino este sacerdote, construcción de capillas, el inicio del tradicional Festival a Su Santidad, los avances en el Santuario del Santo Cristo, especialmente los caminos del Vía Crucis, el Vía Gloriae - Las Imágenes del Sagrado Corazón de Jesús - La Imagen de la Dolorosa al pie del Santuario - San Miguel Arcángel, etc.











sábado, 6 de febrero de 2010

MONSEÑOR RENE PIENOVI MASAFIERRO.APOSTOL DE LOS NIÑOS Y LAS COMUNICACIONES


Porteño, nacido en el Cerro Bellavista. El mismo se califica como un niño alegre, pero tímido, que a los seis años se dedicó a decir misas en la casa. Observando todos los días pasar a un padre Carmelita llamado “Alfonsito” por su pequeña estatura, encontró su vocación sacerdotal. Era el menor de cuatro hermanos(Ada ,julia y Fedora)
Nacio el 21 d e enero de 1923 .Sus padres Juan Pienovi Catalina Masafierro. Estudio en el Colegio “Agustín Edward” de Valparaíso y luego siguió humanidades y filosofía en el Seminario Pontificio de Santiago.
Estudio Teología en la Universidad Católica de Santiago ordenándose sacerdote en 1948.
Fue profesor e Inspector en el Seminario san Rafael de Valparaíso, profesor de Religión de las Monjas Francesas y Profesor de Música de del Colegio Sagrados Corazones de Valparaíso.

Durante diez años fue Capellán de la Catedral de Valparaíso.
En 1952 el padre Pienoví siendo un joven presbítero con cuatro años de sacerdocio y sirviendo como en la Parroquia de los Doce Apóstoles junto al padre Lorenzo Aguilar inicia las obras del refugio de Cristo del cual sería el capellán.
Fue en uno de esos salones de la Parroquia donde el 26 d e agosto de 1952 se realizó la primera reunión de un grupo de connotadas personalidades convocadas por ambos sacerdotes. El 29 de noviembre de ese mismo año el RefugIo de Cristo fue reconocido oficialmente por decreto episcopal.

Cuando la institución cumplió 25 años en 1977 Monseñor Rene Pienoví escribió una nota dirigida a la gran ciudad de Valparaíso que colaboraba con la obra: ” Nos parece un sueño cuando escuchamos que han pasado 25años de aquellos días en que sin otra seguridad que la bondad de Dios como Padre y la bondad de los corazones humanos que como hermanos no podía dejar estancada esta empresa d servicio a la niñez “
1963-1976.parroco de la Iglesia San Martín de Tours de Quillota.1966 fue Vicerrector del Seminario Mayor san Rafael.
Director Diocesano de Difusión y Director de vacaciones sacerdotales. Participó en programas radiales de Radio Fundación y del Canal 4 de televisión.
Obtuvo una distinción especial por parte de la Municipalidad de Valparaíso por sus valiosos servicios en especial con la niñez.
El padre René Pienoví falleció en 1985 producto de una severa e inesperada hemorragia cuando regresaba de una reunión del Refugio de Cristo. Hoy vive su Pascua en presencia de Cristo. En el se cumple la invitación de Cristo para los bienaventurados : “´Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme´… …´Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron´.
PALABRAS DE MONSEÑOR FRANCISCO DE BORJA VALENZUELA EN SU OFICIO POR LA MUERTE DEL PADRE RENE PIENOVI MASAFIERRO.


Era un hombre que tenía las manos puestas en el arado. Pero el Señor lo llamó porque ciertamente lo encontró maduro. Aceptamos los designios de Dios.
Quiero destacar dos de sus cualidades:
Su amor por los medios de comunicación y su predilección por los niños abandonados. Respecto a la primera , la voz del padre Pienovi llegaba a todas partes .Sólo Dios sabe el fruto que se logra con esa semilla que llegaba a toda partes a través de la transmisiones radiales y de televisión.
Yo le pido al Señor que esta labor continúe con el Departamento de Comunicaciones Sociales. Mis queridos seminaristas.: la predicación debe ser hecha así, por todos los medios, en todas las formas. Demos gracias a Dios por haber tenido a este sacerdote comunicador social entre nosotros “.

miércoles, 27 de enero de 2010

HOMENAJE DEL SENADO DE LA REPUBLICA A MONSEÑOR EMILIO TAGLE C.

Sesión 8ª, Ordinaria, en martes 29 de octubre de 1991

El señor URENDA.- Señor Presidente, Honorables Senadores:
El día 5 de este mes, después de sufrir una larga y dolorosa enfermedad, falleció don Emilio Tagle Covarrubias, quien fuera durante exactamente 22 años Obispo de Valparaíso.
El sorpresivo fallecimiento de su hermana —la Madre María— que lo cuidó en los últimos años de su vida, contribuyó, sin duda, a apresurar su propio desaparecimiento.
En nombre de mi Partido, y en el mío propio, quiero hoy rendir ante esta Tribuna un homenaje en su memoria. No es difícil hacerlo, por la personalidad y la obra del ilustre prelado. Sólo temo incurrir en involuntarias omisiones por las innumerables cualidades de mi entrañable amigo, guía y pastor.
No es fácil encontrar una vida sacerdotal más plena de realizaciones y un espíritu más generoso y abierto que los de este hombre extraordinario, quien, no obstante un físico muy frágil, supo ser tan fuerte y valeroso en la práctica y en la prédica de su fe, en la formación de jóvenes y de sacerdotes, y en dedicar tantas energías a las personas más modestas de nuestra sociedad.
Después de sobresalir siempre con las mejores calificaciones en el Colegio Alemán de la Capital, su temprana vocación y la influencia del párroco don Rubén Castro lo llevaron a ingresar al Seminario de los Ángeles Custodios de Santiago. El propio don Emilio explica que "en algún instante comprendí que estaba hecho para el servicio de Dios y, por lo tanto, para el servicio de los demás. A Dios le pedí las fuerzas necesarias para ser sacerdote.".
Ya sacerdote, sus primeros afanes fueron divulgar las doctrinas sociales de la Iglesia, ejerciendo su ministerio en parroquias agrícolas, sobresaliendo por su bondad y su lucha incansable en defensa de los derechos de los más humildes, procurando siempre dignificarlos. Jamás a nadie le faltó el apoyo de su presencia y de su palabra.
En el año 1933 funda y asume su primera parroquia, en la comuna de La Florida: San José de la Estrella. Allí se ocupa de los campesinos más pobres y contribuye a la formación de la llamada "Unión de Agricultores", cuyos integrantes eran dueños de fundos de su territorio, y a la cual ingresarían también los de otras jurisdicciones. Les insta a prestar servicios de ayuda social al campesinado y a organizar una caja de compensación que entrega asignaciones familiares, las primeras que se otorgaron en nuestro país a los trabajadores de la tierra.
Más tarde, enseñó Economía Social en la Universidad Católica, fue profesor y director espiritual del Seminario Pontificio de Santiago, y asesor del Movimiento Social Cristiano, y asumió en 1949 la Rectoría de ese Seminario, cargo que desempeñó durante más de cinco años.
En 1958 fue nombrado Vicario General del Arzobispado de Santiago, y, el mismo año, consagrado como Obispo para auxiliar a Monseñor Caro. Al fallecimiento de éste, durante dos años rigió la Arquidiócesis de Santiago con el título de Arzobispo y como Administrador Apostólico. Durante su breve desempeño se dio a la tarea de organizar la Diócesis y de conferirle una estructura acorde con los nuevos requerimientos del Derecho Canónico y de los tiempos, aun antes del Concilio Vaticano II.
Fue tan destacada su labor que el actual Arzobispo de Santiago ha dicho que "los últimos 30 años de la Iglesia de Santiago se le deben a Monseñor Tagle.".
En junio de 1961 asumió como Obispo de la Diócesis de Valparaíso, que regentara hasta 1983, próximo ya a cumplir 76 años.
Las huellas de su desempeño en ese cargo son tan indelebles que jamás podrán ser olvidadas por cuantos tuvieron oportunidad de conocerlas.
Circunstancias muy especiales me brindaron, hace más de 20 años, la oportunidad de vincularme estrechamente con don Emilio, y, desde ese momento, dispensó a mi familia y a mí un afecto y un cariño que jamás pude compensar y agradecer suficientemente.
Este contacto me dio la posibilidad de apreciar, no sólo la fe, la sensibilidad social y la bondad que todos podían comprobar en él, sino también su extraordinaria capacidad intelectual, su amplia cultura, sus dones de organizador y, por encima de todo, su cabal cumplimiento de la misión de pastor de almas.
Resultaba sorprendente advertir cómo un ser que se veía tan débil tenía esa fuerza interior tan vigorosa y era capaz de desarrollar una actividad tan intensa.
Aunque siempre, y desde muy joven, se inclinó con amor, pero con firmeza; con estrictez doctrinaria, pero con mucha generosidad, al apoyo de los más pobres y de los más débiles —características que conservó hasta su muerte—, debe destacarse que, paralelamente, procuró además atender lo que consideraba tan esencial en la labor de la Iglesia: la búsqueda de vocaciones y la formación de nuevos sacerdotes impregnados de fe profunda y dedicados a su labor primordial.
Así, después de haber dedicado tantos años y esfuerzos al Seminario de Santiago, a poco de estar en Valparaíso, fundó el Seminario Mayor, y durante los últimos años de su desempeño como Obispo gastó sus mejores afanes en la construcción del edificio del Seminario de Lo Vásquez —tarea en la cual pude brindarle mi modesta cooperación— y lo entregó al servicio de la Iglesia y de la comunidad cristiana al término de su mandato, cumplidos ya los 75 años.
Valparaíso, en especial, y Chile entero, tienen mucho que agradecer a este hombre magnífico que consagrara toda su vida al servicio de Dios y de los hombres. Su lema episcopal "ípsum audite", que significa "a El escuchad", lo cumplió en plenitud, con entrega total hasta su muerte.
Los porteños jamás podremos olvidar a un hombre tan firme en la defensa y en la práctica de lo que él estimaba lo justo y adecuado. Era estricto en la enseñanza de los principios que iluminaban su vida, pero al mismo tiempo sabía ser tan amable y generoso con todos.
Quizás sean características inolvidables de su personalidad la de que jamás olvidaba dar un saludo cariñoso a todos en las fechas que les eran importantes, y la de que, no obstante su edad y debilidad, nunca le faltó tiempo para estar al lado de un enfermo, o para llevar su palabra de consuelo a los afligidos.
Personalmente, jamás podré olvidar cómo mi madre, moribunda e inconsciente ya, esperó la llegada de don Emilio para dejar este mundo.
No es extraño, en consecuencia, que el pueblo de Valparaíso haya expresado su dolor y su agradecimiento más profundo en la ceremonia de sus funerales.
Interpretando a miles y miles de personas, yo levanto mi voz en el Senado para rendir este postrero homenaje a ese Obispo santo que hoy ya no está entre nosotros: don Emilio Tagle Covarrubias.
He dicho.
Ruego al señor Presidente hacer llegar copia de esta intervención al señor Arzobispo Obispo de Valparaíso, Monseñor don Francisco de Borja Echeverría, y a los familiares de don Emilio.
El señor VALDÉS (Presidente).- Se procederá en tal sentido, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Romero.
El señor ROMERO.- Señor Presidente, deseo adherir en mi nombre y en el de los Senadores de Renovación Nacional al sentido homenaje que hoy esta Sala está rindiendo a Monseñor Emilio Tagle Covarrubias. Su figura, de apariencia débil, escondía una personalidad muy definida. Sus particulares condiciones de pastor de almas y su vocación de hombre santo lo llevaron a cumplir una misión y una profesión de fe que difícilmente serán olvidadas, especialmente en la Quinta Región.
Su permanente preocupación por los pobres —como lo destacaba el orador que me antecedió en el uso de la palabra— y por la formación sacerdotal, tan necesaria para quienes profesamos la misma fe católica, sin duda lo van a convertir en uno de los principales Obispos con que ha contado la Iglesia chilena.
Al asociarme a este homenaje deseo que se deje constancia de que se hace en nombre de la Sala de Senadores de Renovación Nacional, y, tal como lo solicitó el Honorable señor Urenda, pedimos hacer llegar al Arzobispo Obispo de Valparaíso y a la distinguida familia del extinto nuestros sentimientos frente a la desaparición de don Emilio Tagle Covarrubias.
He dicho.
El señor THAYER.- Señor Presidente, adhiero con mucha emoción y sinceridad al merecido homenaje que se rinde a don Emilio Tagle Covarrubias.
Las sociedades se rigen por normas internas y por normas externas. Si no son sólidas las que, desde el fondo del alma, conducen a los hombres y a los pueblos, jamás bastan las normas exteriores. Por eso, el principio de toda libertad está en el amor que nace de lo más profundo del alma.
La personalidad que hoy homenajeamos se caracterizó, a lo largo de su vida, y por encima de muchas otras virtudes, por su condición profundamente expresiva del amor que inspiraba todos sus actos. Lo dice el Evangelio según San Juan: "Dios es amor".
La fe profunda de Monseñor Tagle lo llevó siempre a una muy estrecha vinculación con el amor de Dios que proyectó hacia su prójimo. Como muchos de Sus Señorías, tuve la oportunidad de conocerlo a través de mi ya no corta vida y de apreciar siempre en su persona lo que constituye la distinción propia de un sacerdote: el hombre experto en ligar al ser humano con Dios, en esa expresión suprema y permanente del amor.
Por eso solicito, en nombre del Comité Independiente de tres Senadores, que también se hagan llegar estas palabras de adhesión a quien lo sucede en el Obispado del Valparaíso y a su distinguida familia.
He dicho.
El señor URENDA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Pacheco.
El señor PACHECO.- Señor Presidente, en nombre de los Senadores de la Democracia Cristiana, quiero adherir en forma muy sentida al homenaje en memoria de Monseñor Emilio Tagle Covarrubias.
Tuve el honor de conocer a Monseñor Tagle, cuyas condiciones espirituales y humanas siempre me impresionaron, y puedo decir, con la más profunda convicción, que era un hombre santo; que pasó por nuestra tierra un hombre santo, quien hoy está viviendo en la presencia del Altísimo.
En consecuencia, señor Presidente, rendimos nuestro homenaje más profundo a esta figura tan esclarecida de la Iglesia Católica chilena.
El señor URENDA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Valdés.
El señor VALDÉS.- Señor Presidente, quiero asociarme como Senador de la República, a título personal—porque los distintos partidos y bancadas de esta Alta Corporación ya lo han hecho—, a este homenaje que se rinde a Monseñor Emilio Tagle.
Tuve la distinción de ser su amigo durante muchos años —lo conocí desde niño—, y pude apreciar lo que todo Chile vio: una virtud humana extraordinaria, realmente difícil de imitar; una vibración espiritual que irradiaba de todos sus actos, tanto públicos como privados, y una vocación sacerdotal en el más perfecto sentido de la palabra, vale decir, de servicio a la comunidad, de servicio sin distinguir entre quienes tenían poder y quienes no lo tenían.
Su obra no solamente la realizó en la Quinta Región, particularmente en Valparaíso, donde fue el pastor de la Iglesia Católica. Antes, en el Seminario, y después, en el ejercicio superior de la enseñanza con los demás Obispos, quienes siempre reconocieron en él a un santo, su palabra y su vida fueron testimonio de lo que puede llamarse un gran hombre de Dios y, también, un gran ciudadano. Si bien fue extremadamente virtuoso y asceta, y se mantuvo alejado, en una forma muy pura, de los problemas del país, sus cualidades determinaron que estuviera presente en los grandes acontecimientos.
Señor Presidente, deseaba dejar estas palabras de testimonio ante su fallecimiento.
He dicho.
El señor URENDA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Mc-Intyre.
El señor MC-INTYRE.- Señor Presidente, los Senadores institucionales adherimos con mucho sentimiento a este homenaje.
La figura de nuestro querido Obispo ha dejado una estela difícil de borrar. Nos llamaba mucho la atención —no sólo cuando creó el Seminario de Lo Vásquez— su permanente preocupación por las vocaciones sacerdotales, que demostraba en cada reunión en que participaba.
Además de haber sido siempre muy generoso con los pobres, cabe recordarlo como un gran pastor para la Institución a la cual pertenecí y, en general, para las Fuerzas Armadas.
Su figura trascenderá la historia, y su amor de pastor, que se empapaba con ésta, dejará a todo Chile un recuerdo imborrable.
He dicho.
El señor URENDA (Vicepresidente).- Se enviarán las comunicaciones en la forma solicitada.




martes, 26 de enero de 2010

PRESBITERO ENRIQUE BARILARI GALLEGUILLOS

presbítero Enrique Barilari Galleguillos.
Nació en Valparaíso, en el cerro Los Placeres, el 22 de agosto de 1923, en el seno de una familia compuesta por seis hermanos. Realizó sus estudios en el Seminario San Rafael de donde egresó en 1940.
Para entonces ya había demostrado sus especiales dotes intelectuales: el verbo, la palabra escrita y su manera de ser fueron conocidos por sus compañeros y maestros.
Más tarde ingresó al Pontificio Seminario Mayor de Los Santos Ángeles Custodios, siguiendo el llamado de Dios, siendo Ordenado sacerdote en la Catedral de Valparaíso el 18 de septiembre de 1948 por Monseñor Rafael Lira Infante.
Desde esa época sus talentos los invirtió en la tarea de "enseñar a toda criatura", volviendo como profesor e inspector a su Seminario San Rafael. También, en los años sesenta, realizó dirección espiritual en los Liceos N°s 1, de Niñas, de Valparaíso y Viña del Mar. Al fundarse el Seminario Mayor, el Obispo Emilio Tagle lo llamó a colaborar como formador en éste.
Sus aptitudes y condiciones se extendieron por diversas tareas eclesiales. Así, por ejemplo, contribuyó como Director de Caritas Chile Diocesano, con singular éxito, función donde pudo aplicar su gran capacidad organizativa junto a su particular sensibilidad social. También fue nombrado Vicario General, tarea en la que desempeñó un significativo papel en tiempos especialmente difíciles para la Iglesia y la Universidad.
Paralelamente desarrolló una destacada labor como Párroco de Nuestra Señora de Fátima, en Forestal, donde destacó por su amor a los pobres, y luego en Nuestra Señora de Dolores, tradicionalmente conocida como la Parroquia Viña del Mar, en la cual permaneció por espacio de 28 años, manteniendo siempre un amoroso cuidado por la piedad y la liturgia.
En 1984, el entonces Arzobispo de Valparaíso, Monseñor Francisco de Borja Valenzuela, lo nombró director del Departamento de Catequesis Parroquial y, en 1985, Juez del Tribunal Eclesiástico Regional.
Muchas críticas recibió por su invariable postura de denuncia frente a hechos reprobables; pero se olvida que esas manifestaciones las tuvo frente a diversas circunstancias y en diferentes períodos. Así, en momentos en que se amenazaba la libertad educacional y la dignidad de la persona humana, integró el equipo de asesores que refutó importantes proyectos educativos de esa época.
Más tarde, ante nuevas contingencias de la vida social, ese mismo espíritu le llevó a una defensa sólida de los derechos humanos, siendo discutido y criticado. No obstante, pudo más su consecuencia y su amor por los más necesitados. Tuve el honor de conocer su valioso trabajo en favor de la defensa de los derechos humanos, y puedo acreditar que el suyo fue un testimonio de gran significación y trascendencia.
Falleció el 22 de septiembre, luego de una penosa y larga enfermedad que supo enfrentar con gran espíritu cristiano, el mismo que lo llevó a su inmenso amor por Dios y por los hombres.

PRESBITERO PEDRO CARO ARANCIBIA


Nació el día 27 de noviembre de 1929 en Viña del Mar. Hijo de Pedro Caro Guerra y de Rosa Arancibia Pinilla. Sus estudios básicos los realizó primero en el Colegio de los Padres Pasionistas de Viña del Mar y luego en el Seminario Salesianos de Valparaíso.
Al radicarse su familia en el sector de “Agua Santa” de Viña del Mar, le permitió colaborar desde niño en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes como acólito perfilándose así su vocación de servicio a la Iglesia.
Sus estudios de Humanidades los realizó en el Seminario san Rafael que en aquella época estaba ubicado en el Cerro Alegre. Estudios que concluyó en el Seminario Mayor de “Los Ángeles Custodios en Santiago. Fue ordenado sacerdote por Monseñor Rafael Lira Infante el día 20 de septiembre de 1958 . Su primera Misa la oficio al día siguiente en la Catedral de Valparaíso-
Parroquias en que ha servido: El Espíritu Santo” de Valparaíso, “Nuestra Señora del Rosario” de Quilpué, “La Asunción de María” de Peña Blanca, “Nuestra Señora de los Desamparados” de Quillota, “Nuestra Señora del Rosario” de Olmué, “Santa María Madre de la Iglesia” de Quilpué, y “Sagrado Corazón de Jesús” del Cerro Barón. Actualmente es Párroco de la Iglesia de la Santa Cruz en Isla de Pascua.